El pr??ximo 19 de abril, se cumplir?? el vig??simo aniversario del fallecimiento del poeta y ensayista?? mexicano, Octavio Paz, Premio Nobel de Literatura en 1990. Su legado a las Letras y al pensamiento han sido de una riqueza inconmensurable. Por ello, me parece de justicia revalorar su obra literaria, cuya calidad -de manera indiscutible- se agiganta con el paso del tiempo, y por otra parte, considero necesario revelar a los lectores una faceta poco conocida en este escritor: su apasionada b??squeda de Dios.

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M??s de alguno se preguntar??, no sin cierta sorpresa: ??Pero Octavio Paz no fue un ateo o agn??stico? Por incre??ble que parezca, nuestro Premio Nobel sigui?? un largo y tortuoso itinerario ideol??gico. Desde su infancia, recibi?? formaci??n cat??lica. Al llegar la juventud entr?? en una crisis religiosa y abraz?? la doctrina del marxismo-leninismo, al punto que ???durante la Guerra Civil Espa??ola- decidi?? ir al pa??s ibero para apoyar la causa republicana.

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Pero, en septiembre de 1939, al inicio de la Segunda Guerra Mundial, cuando la Uni??n de Rep??blicas Sovi??ticas Socialistas (U.R.S.S.) y Alemania decidieron repartirse como bot??n de guerra el territorio de Polonia. Paz se convenci?? que Jos?? Stalin era tan dictador como Adolfo Hitler y que todo ese?? discurso del dirigente ruso de trabajar ???por el bien de las causas del proletariado y de las aspiraciones obreras??? no era m??s que demagogia. Sus reflexiones se recogen en un espl??ndido libro titulado El Ogro Filantr??pico, que constituye una dura cr??tica al sistema comunista. Y demuestra, con s??lidos argumentos, c??mo hist??ricamente esta utop??a socialista ha enga??ado a millones de?? sus seguidores.

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Como consecuencia de su desencanto por el Comunismo, el ilustre poeta mexicano inici?? un prolongado ???camino de b??squedas???, como sol??a decir, dentro de las corrientes de pensamiento vanguardistas de su ??poca. En su libro Itinerario ???de car??cter autobiogr??fico- manifest?? que no le agradaba que lo etiquetaran de ???ateo??? ni de ???agn??stico???, porque ??l se consideraba un hombre abierto a lo Trascendente, ???a la Otredad???.

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En los a??os sesenta, fue designado Embajador de M??xico en la India. En ese pa??s oriental conoci?? de cerca la religi??n Budista. Hizo un notable esfuerzo por adentrarse en ella y entrar en?? comuni??n con esa creencia, pero relata que en ella no descubri?? a Dios, sino ???una especial vacuidad???, la nada; un angustioso vac??o que le produc??a v??rtigo???

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Tiempo despu??s comentaba: ???Descubr???? que de oriente me separa algo m??s hondo que el cristianismo: no creo en la reencarnaci??n.?? Creo que aqu?? nos la jugamos del todo, no hay otras vidas???.

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En una c??lebre entrevista que le hizo el reconocido pol??tico y periodista, Carlos Castillo Peraza, el Nobel de Literatura le confi?? que en la India tuvo un nuevo acercamiento hacia el cristianismo. Relata que, cierto d??a, entr?? en una iglesia cat??lica y un sacerdote estaba celebrando Misa. Con sencillez reconoce: ???La escuch?? con fervor. Llor??. (???) Sent?? la presencia de eso que han?? dado en llamar la ???Otredad???. Mi ser ???otro??? dentro de una cultura que no era la m??a. Mi identidad hist??rica???. Y conclu??a: ???Dialogo con esa parte de m?? mismo que es m??s que el hombre que soy porque est?? abierta al infinito. (???) Hay en los hombres una parte abierta hacia el infinito, hacia la ???Otredad???.

El ser humano -a??ad??a- no es el resultado de la ciega casualidad. Y consideraba que el hombre de nuestro tiempo hab??a ca??do en una profunda crisis espiritual al haberse dejado arrastrar por el relativismo, el agnosticismo y el materialismo hedonista.

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Es reveladora esta declaraci??n en el ocaso de su vida: ???Voy a cumplir ochenta a??os. (???) A esta hora Don Quijote se resigna a ser Alonso Quijano y se dispone a poner en orden su alma???.

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En uno de sus ??ltimos y m??s bellos poemas, titulado ???Hermandad???, escribi??: ???Soy hombre: duro poco/?? y es enorme la noche. / Pero miro hacia arriba: / las estrellas me escriben. / Sin entender comprendo: / tambi??n soy escritura / y en ese mismo instante / alguien me deletrea???.

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Finalmente, Paz comprend??a que pertenec??a a un Dios Creador, m??s cercano a ??l de lo que imaginaba y que, adem??s, buscaba comunicarse ??ntimamente con el poeta. El Nobel de manifestaba un hondo gozo, como quien descubre un tesoro largamente buscado, su finalidad ??ltima, con ese cristalino y significativo verso: ???alguien me deletrea???. El escritor J.M. Cohen afirma que: ???La b??squeda de Paz es en esencia religiosa???.

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???Paz no soslaya -comenta Rafael Jim??nez Cata??o, especialista en este poeta- la parte escatol??gica de la Otra Vida. Pienso que podemos decir con cierta confianza que el ansia de felicidad es tambi??n ansia de inmortalidad. Queremos ser felices para siempre???.

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Despu??s de una apasionada b??squeda, como en c??rculos conc??ntricos, Octavio Paz descubre a un Dios que es Eterno, y por tanto, no tiene principio ni final. Adem??s, es fuente de la Felicidad ??ltima. Sin duda, este descubrimiento suyo se revela como de gran actualidad y vigencia para el hombre de nuestro tiempo.